Los metálicos son más resistentes y económicos, mientras que los estéticos son más discretos, pero pueden ser más frágiles.
Entre 12 y 36 meses, dependiendo de la complejidad del caso.
Puede haber molestias iniciales y después de los ajustes, pero desaparecen en pocos días.
Sí, se recomienda evitar alimentos duros y pegajosos que puedan dañar los brackets.